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Arquitectos: Isla Architects
- Área: 138 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Luis Díaz Díaz
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Proveedores: AutoDesk, Huguet, Isla architects, Ricardo Perelli, Robert McNeel & Associates, VitrA
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Intro. Isla Architects ha completado la reforma de una casa tradicional antigua en Banyalbufar, un pueblo costero insertado en la falda de la Sierra de la Tramuntana, que ha consistido en rehabilitar la estructura original, el tejado y las fachadas, así como reformar el interior. La idea principal consistió en eliminar todos los elementos no originales añadidos a lo largo del tiempo para enfatizar el carácter de la casa, de suelos a mobiliario. Una vez limpiado se han introdujeron nuevos elementos contemporáneos. Este equilibro entre nuevo y antiguo, moderno y rústico, aporta una nueva vida a Ca’n Rei, permitiendo entender la arquitectura tradicional a través de una nueva mirada.
Kitchen. La cocina está embutida dentro de los muros de la vivienda para ensalzar la pureza del techo abovedado, ya a la vez aportar flexibilidad al espacio. Los nichos existentes han sido ampliados para esconder los electrodomésticos como el frigorífico, el horno y la lavadora, y albergar todo el almacenamiento necesario para vajilla, cubiertos, comida y limpieza.
La cocina se sitúa debajo de la ventana, ofreciendo la experiencia de cocinar con vistas sobre el Mediterráneo y conectando la cocina con el espacio de terraza exterior. El fregadero está fabricado de hormigón tintado y está abujardado para expresar su materialidad, como una reinterpretación de las picas mallorquinas de piedra tradicionales. El grifo es un simple tubo de latón doblado a medida. Una mesa de color rojo cangrejo – diseñada especialmente para esta habitación – funciona como nodo de la cocina dispersa, permitiendo la celebración de comidas, celebraciones y trabajo.
El estar. El espacio fue limpiado para enfatizar el mobiliario original de la casa y también las nuevas piezas. El hidráulico no original fue sustituido por un suelo de trispol, recuperando la esencia material de la vivienda así como enfatizando la conexión dentro-fuera. Las bóvedas de arista del techo se trataron con cal viva a la antigua usanza, consiguiendo un acabado suave, puro y brillante. Una luminaria pivotante permite desplazar la acción de la cocina al salón.
El baño. Ganar altura, limpiar la geometría y aumentar sensiblemente el tamaño de la ventana proporciona un espacio más cómdo y luminoso en el baño. Un microcemento suave de tono terroso sustituye los hidráulicos no originales y contrasta con el muro de piedra existente descubierto durante la construcción. El calentador y el almacenamiento del baño se esconden detrás de una puerta secreta.
Dormitorios y librería. Se sustituyen los suelos hidráulicos por un suelo de terracota hecho a mano en Mallorca, consiguiendo una sensación más cálida y agradable en el espacio. Las camas mallorquinas originales se guardan como elementos principales de las habitaciones. La altura de estas camas permite la vista directa al mar.
Exterior. Tanto el tejado como la fachada trasera se renovaron siguiendo técnicas tradicionales de construcción, y se abrieron pequeñas ventanas abocinadas al patio trasero para favorecer la ventilación cruzada. Siguiendo la tradición medieval mallorquina de pintar el reverso de las tejas que conforman la cornisa - “teules pintades” - se invitó al artista Luis Urculo a reinterpretar esta expresión pictórica popular. Se cree que los símbolos de color óxido traen buena suerte y mantienen alejados a los malos espíritus de los habitantes de la casa.